Medianoche es la verdadera Luz!!
Por Antonio González El primer día, gris y lloviznoso, quedamos en el arranque de la carretera de Mula a Pliego. Vamos a la Sima de la Higuera. Los coches se dejan junto al cementerio de Pliego. En mi coche: Marisa, Mavil y Perico. En el coche de César: Moisés y Luis. El acercamiento hacia la sima es corto, suave, primero entre melocotoneros y después entre pinos. Mavil ha llamado con antelación a Pedro, del grupo de Pliego, y el candado de la verja de la Sima está abierto. Instalo yo. El pozo es cómodo; hay parabolts y siempre está instalado con chapas de acero inoxidable; las raíces de la higuera me acompañan al menos treinta metros hacia abajo (son de un tamaño tal que permitirían ascender utilizándolas de único agarre). De pronto no hay chapas en la instalación. Nos parece extraño. Como no hemos traído chapas decidimos salir de la sima, buscar a Pedro en su casa de Pliego y pedirle sus chapas. En caso de que no tenga éxito esta gestión iremos a coger material a casa de Mavil, en Molina. Pedro no esta en su casa pero lo localizamos por el móvil. Le extraña que no esté la instalación completa pues siempre es así y lo comprobó hace una semana. Sin embargo han estado haciendo unas prácticas de rescate hace unos días y han equipado con más parabolts la sima y al recoger se han llevado lo que pusieron y algo de lo que estaba puesto permanentemente. Bien, Pedro nos deja unas cuantas chapas y con una reinstalación de lo que ya está puesto consigo bajar hasta que surge otro problema: faltan diez metros de cuerda para llegar abajo Con una única cuerda de 85 no es suficiente. Bueno esta vez le toca a Perico -que va el último-, salir de la sima en solitario, ir al coche, coger una cuerda, volver a subir hasta la boca y bajar hasta donde estamos. Así pues conseguimos aterrizar en la base de los pozos a las dos y media. Comemos. Y nos ponemos a ver, para algunos es la octava vez, las maravillas de esta cueva: paso Gema, Sala de la Bañera (lago transparente), Sala del Paraíso, Cuatro Caminos, Pastelería, Sala Pedro...muchas fotos y mucha admiración. A las ocho y media estamos saliendo, el tiempo sigue lloviznoso, Pedro nos está esperando e intercambiamos historias de vida, información varia, proyectos e invitaciones. Ya es de noche y cada mochuelo vuelve a su olivo. El olivo de Cesar, Elena, Moisés, Ester y Luis era el Refugio de Espeleólogos de Cieza pero debido a la suciedad e incomodidades se cambiaron a otro olivo: casa rural en el campo de Cieza. El segundo día, gris y lluvioso, pensamos ir de excursión por la costa pero debido al mal tiempo hacemos un circuito turístico muy completo: El Portús, Cabo Tiñoso, Cueva del Agua de Isla Plana, Aledo (pueblo medieval), Murcia (Trapería, Casino, Catedral, Belluga, Glorieta, Puente Viejo, Floridablanca, Puente Nuevo, Procesión del Silencio; malestar) y Tasca del Palomo. El tercer día, gris y lluvioso, Cesar, Moisés, Luis y yo decidimos ir a la Sima Destapada. La noche anterior no estaba claro todavía donde íbamos a ir -cuestión de dolores, cansancio y lejanías- pero he preparado minuciosamente la logística: cuerdas, sacas, líquidos y acopios. Llueve durante el viaje. Hace frío. Mientras comenzamos los preparativos amaina. Así pues, podemos entrar por la reducida boca de la Destapada cómodamente. Instalo los estrechos pozos de entrada hasta el primer nivel. Allí nos reorganizamos y proseguimos hasta el pozo de acceso al Callejón de las Flores y la Sala Cartagena. Lo instalo y hacemos una visita a esta bella zona. De vuelta retomamos la ruta hacia la cabecera del Pozo Coke. Allí almorzamos. Cesar instala el pozo seguido de cerca por mí que le voy dando alguna indicación. Pasadas las gateras entre el Coke y el Salva vuelvo a retomar la instalación. Consumo la cuerda de 50 que nos ha prestado Mavil y le pido a Moisés la cuerda de 80 para seguir. Hay cierta tensión. Debido a ello Moisés continúa instalando con tan mala suerte que durante un largo rato busca y no encuentra un fraccionamiento esencial para la instalación; hasta que habiendo decidido abandonar y habiéndole recomendado que vaya mirando bien en su ascenso por fin encuentra el químico de acero inoxidable. Así pues sigue bajando y dejo pasar a Luis y a Cesar pues yo estoy en una buena repisa. Sin embargo cuando llego al siguiente fraccionamiento Cesar, que está diez metros más abajo me dice que la cuerda tiene un roce horrible y que el no baja. Al lado hay un fraccionamiento pero ya no se puede utilizar porque la cuerda va justa. Decido subirme también. Compruebo que si estas en reposo dejas de sudar a pesar del calor y de la humedad. Es menos fiero el león de lo que lo pintan. En la repisa entre el Coke y el Salva esperamos a Moisés y a Luis quien a la postre es el único que ha bajado al lago de la Destapada. Seguimos todos para arriba, con calma en general. Salgo desinstalando los últimos pozos y me maravillo de la belleza de la Bahía de Mazarrón al anochecer con todas las lucecitas, las nubes azuladas y nítidas y el ambiente fresco y verde que ha dejado el día. Cada mochuelo vuelve a su olivo. Medianoche es la verdadera Luz.
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